La propuesta es sencilla, quiero pedirte que te des lo que te gustaría recibir, que des lo que te gustaría recibir.
Podría darte miles de razones para ello, pero lo único a lo que me gustaría que llevaras la atención hoy es a qué te estás dando y qué estás dando.
Con la mirada en el espejo por la mañana, date cariño.
Con la forma en que te vistes, date cariño.
Con la comida, date cariño.
Con la forma en que te hablas, date cariño.
Con lo que hagas, date cariño.
Respétate dándote cariño. Porque si no eres tú, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?
¡Ah! Esto no es egoísmo. Importante no confundir.
Quieres darlo a otros ¡genial! Eso sí, ¿qué te parece si te lo das a ti primero?