Día 15

Las condiciones que te pones

La vida está siempre en movimiento constante, se transforma y en cada momento nos ofrece oportunidades nuevas, nuevos retos, nuevas experiencias. Mantener el orden en el movimiento es solo posible desde la más profunda conexión con uno mismo.

Todo empieza con un compromiso genuino con una misma, con uno mismo. Con el querer atenderse, darse permiso para explorar y dejar a un lado las expectativas de lo que debería ser.

Habitualmente me doy cuenta de que, tras mi meditación por la mañana, las cosas se han ordenado por sí solas, se han ordenado, de forma natural.

Por eso te voy a proponer una práctica de meditación muy sencilla.

Pausa de dos minutos

Esta práctica puedes llevarla a cabo de dos formas: 

  1. Parando durante dos minutos sin hacer nada.  Simplemente obsérvate a ti durante esos dos minutos. 
  2. Parando durante dos minutos y llevando la atención a la respiración. Notando cuando la atención ha dejado de estar en la respiración, las sensaciones asociadas a la respiración en el abdomen o en las fosas nasales y volviendo a ella una y otra vez.

Te invito a que hagas esta práctica durante lo que queda de programa, es simple de explicar y mediante este gesto estás cultivando la atención y tu capacidad para atender lo que requiere ser atendido en el momento. 

Tu mapa de creencias

Además, hoy te voy a proponer que hagas un ejercicio más para tomar consciencia de tu vida y de las emociones que hay en ella.

Para hacer este ejercicio:

– Utiliza 2 rotuladores de diferente color.  

– Divide y corta un folio en 8 partes. 

Paso 1

Escribe de un color y en cada papelito, frases que acudan a tu mente del tipo:

«Mi vida estará mejor cuando…» «Estaré tranquila/o cuando…» o «Me sentiré segura/o cuando…», etc.  

Busca esas frases que te cuentas para postergar a otro momento de tu vida el bienestar y lo que te gustaría. Escríbelas.  

Por ejemplo, «Cuando termine de organizar la semana…», 

«Cuando acabe este pico de trabajo…», deja que todo aquello que estás dejando para otro momento quede plasmado sobre el papel. 

Paso 2

Ahora ponlos todos delante de ti, míralos y escribe con el mismo color en otro papelito, qué generan o provocan en tu día a día cada una de estas situaciones.

Por ejemplo, malestar, angustia, dolor de barriga, intranquilidad, miedo, estrés, nudo en el estómago etc. Ponlos al lado de su frase correspondiente. 

Paso 3

Acércate a esas frases, con mente abierta, cariño y respeto hacia aquello que experimentas en tu vida. Y mira si es posible para ti, cambiar la frase «Mi vida estará mejor cuando…» por «Mi vida está bien», el «Estaré tranquila/o..» por «estoy tranquila/o»

Haz que todas las frases se formulen en presente, dale acción y sustituye las palabras que te generan malestar, es decir, cambia el «cuando termine de organizar la semana” por «organizando la semana» de forma que la frase quedaría:

«Estoy tranquila/o organizando la semana»

Escríbelas en el mismo papelito que antes, pero por detrás y de otro color. 

Paso 4

Acércate a estas frases y pregúntate qué emoción te genera esa nueva frase ahora.

¿Observas diferencias?

Seguramente, tu emoción ha cambiado, porque ahora estás conectando desde lo que es y no desde lo que sería cuando se den ciertas condiciones.

Vivir la vida reduciendo condiciones y aceptando lo que es en el momento mejora la vida.

Solo desde la aceptación de lo que es emerge la respuesta consciente. 

Recuerda

Observa, si en ocasiones existe una presión autoejercida, suelta lo que debería ser o lo querrías que fuera y construye tu respuesta desde lo que la vida te ofrece momento a momento.

Sea lo que sea que eso significa para ti. Póntelo fácil acercándote a lo que es. 

Hagamos una pausa

Pequeños gestos, grandes cambios.

 

Reconoce cómo está la mente, tómate tiempo para atenderte haciendo una pausa de 2 minutos.

 

Trae al presente y encárgate de aquello que es importante y que estás postergando a un momento mejor. Recuerda que solo tenemos ahora.

 

 

 

Gracias por Ser ❤️

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